Con el fin de proteger a la población de supuestos médicos que prestan sus servicios en establecimientos o incluso en la vía pública, la Secretaría de Salud y Bienestar Social, a través de la Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Coespris), realiza operativos de vigilancia sanitaria en el estado, para identificar a prestadores de servicios que no cumplen con la normatividad sanitaria vigente y aplicar las sanciones que marca la ley.

La Coespris detalla, que en estas supervisiones se ha detectado que estas personas se instalan en sitios públicos, con vehículos y a través de bocinas, promover y ofrecer sus productos que supuestamente curan enfermedades crónicas u otros problemas de salud, situación que ha sido reportada, toda vez que esta es una práctica ilegal y riesgosa para la salud.

La autoridad sanitaria expone que si la población necesita los servicios de un médico, asista a un consultorio legalmente establecido, con aviso de funcionamiento expedido por la autoridad sanitaria estatal y con infraestructura y equipo requerido por la normatividad sanitaria para brindar atención médica.

Asimismo, el profesional de la salud debe contar con cédula profesional y tener en el consultorio su título a la vista.

De la misma manera, puntualiza que un médico no debe vender medicamentos en el consultorio, por lo que los pacientes deben de acudir a las farmacias a surtir la receta. Y en caso de que obsequie una muestra médica, ésta debe darse en un envase o caja que contenga el nombre, características y registro sanitario del medicamento.

Destaca la Coespris que las denuncias de la población, coadyuvan a identificar a los establecimientos o personas que operan al margen de la ley, por lo que se solicita marcar al 01 800 REGULAS (7348527), proporcionando el nombre del establecimiento o de la persona que ofrece los servicios.

Cabe mencionar que también realizan operativos para la detección y aseguramiento de los productos conocidos como “frontera” o “milagro”, ya que el principal riesgo que implica adquirirlos es que las personas enfermas abandonen su tratamiento médico, creyendo que el producto “milagro” lo sustituye.

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