Autor: Territorio
En el periodo de 2010 a 2016, el parque vehicular del estado de Colima se incrementó de 224 mil 012 automotores a 312 mil 913, lo que equivale a 39.6 por ciento de incremento, según las cifras reportadas por el gobierno estatal al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Los 88 mil 901 vehículos que se incorporaron a la circulación por las calles de la entidad durante los últimos seis años representan 40.5 nuevas unidades diariamente.
Según los datos históricos estatales, en los últimos 35 años —de 1981 a 2016—, se quintuplicó el número de vehículos que circulan en estado, al pasar de 60 mil 262 a 312 mil 913.
En el ámbito municipal, la capital del estado prácticamente triplicó en tres décadas y media su parque vehicular, de 32 mil 750 en el año de 1981 a 95 mil 287 durante 2016.
Sin embargo, los municipios de Villa de Álvarez, Tecomán y Manzanillo registraron un crecimiento espectacular, pues el primero tenía 2 mil 021 vehículos en 1981 y 35 años después había elevado su cifra a 58 mil 857; el segundo tenía 9 mil 988 y pasó a 58 mil 857, en tanto que el tercero pasó de 9 mil 109 a 75 mil 186 automotores.
Ya desde julio de 2011, el arquitecto Ignacio Barajas realizó un análisis sobre el congestionamiento vehicular, denominado “Un auto más cada 80 minutos en Colima-Villa de Álvarez”.
Preguntó: “¿Has experimentado molestias al circular a vuelta de rueda en tu vehículo? o ¿Te has quejado recientemente al no lograr pasar el semáforo en un segundo intento?; Si tu respuesta es afirmativa, seguramente has padecido un congestionamiento vehicular.
“Los síntomas de este padecimiento son evidentes, la cantidad de autos que circulan por las arterias viales de nuestra ciudad están generando una especie de ‘colesterol’ que afecta su aparato circulatorio, por lo que las probabilidades de sufrir un evento cardiovascular en el futuro son altas”.
Refirió que el diagnóstico no es nada alentador y aunque la ciudad no manifiesta los niveles de congestión de las grandes urbes, ya se perciben las molestias que ocasiona este fenómeno.
“La congestión se entiende como un exceso de vehículos en una vía, que trae como consecuencia que estos avancen de forma lenta e irregular en comparación a las condiciones normales de operación”.
El arquitecto Barajas indicó en su análisis que según las estadísticas emitidas por la Dirección de Transporte, la flota vehicular registrada en el año 2000 para los municipios de Colima y Villa de Álvarez fue de 43 mil 570 vehículos (33 mil 280 y 10 mil 290 respectivamente), mientras que en el 2010, el número de autos registrados ascendió a 109 mil 894 (72 mil 721 en Colima y 37 mil 173 en Villa de Álvarez), manifestando un incremento de 66 mil 324 vehículos en tan solo diez años.
Lo anterior, representa un incremento vehicular promedio del 15% anual, esto sin considerar los autos que circulan por la ciudad registrados en otros municipios, estados o con placas de la unión americana.
Barajas manifestó que a partir del año 2000, las calles de la zona conurbada recibieron en promedio 6 mil 632 vehículos más cada año, es decir, 18 vehículos más cada día o un vehículo más cada 80 minutos, lo que superó incluso el crecimiento poblacional de ambos municipios en la misma década, al registrar en promedio un habitante más cada 94 minutos.
“Como podemos observar —advirtió— los propietarios o poseedores de vehículos aportamos día con día nuestro granito de arena a la congestión,
fenómeno que contradictoriamente pretende ser solucionado con más espacios para conductores, lo que indiscutiblemente estimula el uso indiscriminado del automóvil”.
Dada la tendencia, propuso el arquitecto Ignacio Barajas, en breve será necesario tomar decisiones drásticas para mitigar este fenómeno, pues de lo contrario, nuestras calles seguirán captando el incremento vehicular hasta saturarse.
“Recordemos que las ciudades que han puesto interés en los peatones, los ciclistas o los usuarios de transporte público sobre los intereses de los conductores, son casi siempre, mejores lugares para vivir”, finalizó.