A más edad el riesgo es mayor y puede llegar a ser 1 de cada 3, indica la Secretaría de Salud

Se estima que entre la población de 60 a 65 años, uno de cada 20 adultos mayores (5%) pueden sufrir alteraciones de la memoria; entre las personas de más de 80 años el parámetro es de uno de cada 3 (33%) y entre el grupo de más de 90 años puede ser de uno de cada dos (50%), informa la Secretaría de Salud y Bienestar Social del Gobierno del Estado.

Al respecto, el Servicio de Psiquiatría del Hospital General Ixtlahuacán señala que hay tres tipos de alteraciones de la memoria: demencias, pseudodemencias y deterioro cognitivo leve, presentándose en este último la simple alteración (olvidos frecuentes), sin repercusión en la funcionalidad de la persona.

Sin embargo, cuando se trata de demencia, se habla de la alteración de la memoria en la comprensión, el cálculo, la orientación y la realización de actividades diarias, por lo que se constituye en una situación más grave.

En el marco del Programa de Atención del Envejecimiento, la dependencia detalla que las demencias de tipo común como el Alzheimer afectan mayormente a personas de 65 años y más, aunque hay algunas que inician antes y se les puede llamar demencias de inicio temprano.

Por lo anterior, es importante la detección temprana de esas alteraciones en la memoria porque los adultos mayores empiezan a tener olvidos frecuentes en cuestiones básicas, de tal manera que las demencias van deteriorando cada vez más a las personas al grado que no puedan realizar sus actividades cotidianas personales.

En los centros de salud se pueden detectar y atender las alteraciones de la memoria, mediante una entrevista clínica y un examen del estado mental. Si se diagnostican como tales, las personas se refieren al servicio de Medicina Interna o Neurología, dependiendo los hallazgos.

Por último, la Secretaría de Salud refiere que la detección temprana de estos problemas de la memoria es fundamental, ya que si se detectan a tiempo, hay menores consecuencias y menos gastos para la familia y el sistema de salud.

Si las personas realizan actividad física, mantienen un peso adecuado y tienen en control las enfermedades agregadas como diabetes, hipertensión y colesterol, entre otros, corren menos riesgo de padecer una demencia.

 

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