Punto (.) Rojo

 

Autor: J. Baldomero Díaz Gaytán

El puerto de Manzanillo, lo dicen las estadísticas, genera cerca de quince mil empleos directos e indirectos y representa, según el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, el motor de la economía regional. Es el cuarto puerto más importante en el continente americano y se ubica, en el top de los setenta más influyentes a nivel internacional.

Pero… el costo de ese pilar económico ha sido muy alto: La ciudad de Manzanillo y sus poco más de 170 mil habitantes estamos secuestrados por la prepotencia, la arrogancia y las decisiones equivocadas que toma la Administración Integral de Manzanillo. Y es que, hay que escribirlo como es: En los hechos, un día sí y al otro también, las autoridades portuarias nos demuestran que la ciudad es un lastre para el puerto.

Existe un hecho que revela, en toda su dimensión, la mística de agresión con la que se mueve el puerto en su relación con la ciudad: A finales del año 2008, el entonces secretario de Comunicaciones y Transportes del Gobierno Federal, Luis Téllez, autorizó la construcción de la llamada zona norte del puerto de Manzanillo. Se devastaron 25 hectáreas de mangle, se alteró para siempre la vida de más de 45 mil personas que viven en el Valle de Las Garzas, se boicoteó la vialidad de toda la zona con un complejo de puentes y lo más grave, se firmó la sentencia de muerte para la laguna del Valle, vaso lacustre que es considerado el pulmón ecológico más importante de Manzanillo.

Cabe hacer mención, que hubo tres personajes que se opusieron con todo a la llamada construcción de la zona norte del puerto: El entonces gobernador Jesús Silverio Cavazos Ceballos (QEPD), el entonces senador de la República, Rogelio Humberto Rueda Sánchez y el entonces secretario de Fomento Económico del gobierno de Colima, José Ignacio Peralta Sánchez. Documentada está aquélla declaración de Cavazos en donde dejó en claro que “la construcción de la zona norte es una imposición del Gobierno Federal, principalmente, del secretario Luis Téllez. Estamos ante una obra que en el futuro será etiquetada como un error histórico y la API se convertirá tarde o temprano en un enemigo de la ciudad”. Sobra decir que Silverio, Rueda y Peralta, los tres, pugnaban porque la millonaria inversión de la zona norte se fuera hacia el vaso dos de la laguna de Cuyutlán.

Hoy la historia les da la razón a los tres actores políticos colimenses: Luis Téllez, un tipo que nunca jamás regresó a Manzanillo, apoyado por algunos actores de la comunidad portuaria local, impusieron, aun en contra de las autoridades civiles, la obra de la zona norte. Y los resultados son devastadores: La zona norte está quebrando, porque obvio, por falta de espacio, no tiene buenos resultados para la movilidad de la carga. Y la actividad de la zona norte, secó la laguna del Valle de las Garzas, el principal pulmón ecológico que tenemos en Manzanillo.

David Legarreta, especialista en temas ambientales, reconocido por la organización internacional Greenpeace me confía un dato: “El fenómeno de la laguna del Valle de Las Garzas que se ha secado, tendrá un fuerte impacto en el nivel de vida de los más de 170 mil personas que viven en Manzanillo. Ni la API ni las autoridades municipales, nadie ha hecho público el dato de que al secarse el espejo de la laguna, la temperatura ambiente se elevará un promedio de tres grados. Y obviamente múltiples efectos, como la muerte de la flora y la fauna que habitan en el vaso lacustre de más de 250 hectáreas”.

No hay que hacernos bolas: La Administración Portuaria Integral pisotea la dignidad no sólo de los manzanillenses, sino de todos los habitantes del estado. Gracias a los tráileres, que son prestadores de servicios del puerto, la autopista Colima – Manzanillo, es considerada la más peligrosa de este país, cientos de colimenses han muerto en esa carretera como víctimas colaterales de las actividad de la comunidad portuaria-

Señoras y señores, es la hora de hacer un frente común en contra de las atrocidades que comete la API de Manzanillo. Ya sea el gobernador Peralta, ya sean los representantes populares, ya sean los candidatos, ya sea la sociedad civil. Cualquier expresión para corregir el rumbo tiene mi respaldo, porque la dignidad de los 170 mil ciudadanos, no se mide en pesos. Y eso, sin duda, a todos nos debe quedar claro.

MIS POSTDATAS DE ESTE DIA

P. D. 1.- Devastador nockout le pegó el periodista Jesús Llanos Bonilla al director de la API, Ovidio Noval. El angelito se trajo como sus colaboradores de primer nivel a quince profesionistas veracruzanos y dejó en el desempleo al mismo número de expertos colimenses en actividades portuarias. Aterrizamos en una conclusión simple: A don Ovidio le quedó grande el encargo que le hizo el gobierno federal.

P. D. 2.- Platiqué ayer con Sergio Jiménez, presidente del Movimiento de Regeneración Nacional en Colima, quien me comentó que “no hay ningún nombre confirmado para ningún cargo, ni en las presidencias municipales ni en los distritos electorales. Se están haciendo las encuestas y las mediciones correspondientes pero hay que decirlo claro: Hasta el momento, Morena no tiene a ningún candidato””.

Y ni una línea más,

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